Nuestro país debe estar prevenido para situaciones como la detención y el retorno en masa de mexicanos y de otros latinos, destacaron.
Aunque México enfrentará dificultades en su relación con los Estados Unidos, “tendremos capacidad para vernos de frente. Estamos condenados a ser vecinos, no podemos renunciar a esto, y en este momento de tantos retos, nuestra vecindad tendrá que ser apuntalada a partir de un nuevo proyecto de política exterior, porque “está en la lona”.
Así lo consideró Silvia Núñez García, exdirectora e investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), en la mesa Implicaciones de la elección presidencial en Estados Unidos: Minorías, migración, seguridad y economía, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).
La experta dijo que en nuestro país no podemos darnos el lujo de improvisar; debemos tener capacidad para “navegar” con demócratas o republicanos, y aprender a dimensionar el riesgo de nuestras decisiones en política exterior; de otro modo continuaremos siendo una nación que se subordina a los intereses de los Estados Unidos.
Núñez García mencionó que más allá del triunfo de los republicanos, la sociedad estadounidense sigue dividida. Trump obtuvo 74.5 millones de votos y Kamala Harris, 69 millones. Eso significa que la esencia de una sociedad progresista se mantiene en la Unión Americana, y aquello que lo gravitó en la elección fue el bolsillo de los votantes.
Por su parte, Mariana Aparicio Ramírez, integrante del Observatorio de la Relación Binacional México-Estados Unidos, adscrito al Centro de Relaciones Internacionales (CRI) de la FCPyS, señaló que la frontera y la seguridad (temas fundamentales de la relación bilateral) están vinculados con otros dos: la política migratoria y comercial.
Si a partir de la perspectiva del próximo presidente estadounidense México no hace lo necesario en términos de seguridad, frontera y detención migratoria, la amenaza de imponer aranceles “será una estrategia que ya conocemos”. La cooperación entre ambas naciones podría ser dura, pragmática y por momentos ríspida, estimó la universitaria.
El futuro residente de la Casa Blanca ha hablado de sellar la frontera y detener la migración; “me parece que es viable y más cercano de lo que parece”, y México debe estar preparado para detenciones y el retorno en masa de mexicanos y de otros latinos. Trump tiene el apoyo de la ciudadanía y eso significa que lo políticamente incorrecto puede ser políticamente viable, advirtió.
Claudia Maya López, también académica del CISAN, recordó que México tiene más de 80 por ciento de su comercio y actividad económica vinculada con Estados Unidos. Pero más que una integración, se trata de una dependencia, y con una imposición de aranceles nuestro país se vería afectado.
A su vez, Tomás Milton Muñoz Bravo, del CRI-FCPyS, calificó como preocupante la política migratoria de los siguientes cuatro años. La retórica antiinmigrante le funciona al empresario estadounidense, le da votos y le permite solidificar a su base; tendrá discursos y reacciones xenófobos y racistas.
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