Como parte del proceso de transformación iniciado en 2019, antes de emprender cualquier demanda, ahora será obligatorio intentar alcanzar un acuerdo, para lo cual fueron creados los Centros de Conciliación Laboral, donde ambas partes podrán buscar medios alternos de solución de conflictos. 

“La idea es que la etapa de conciliación sea rápida y ágil, sin superar más de 45 días. En caso de que no se alcance un acuerdo, los involucrados podrán acudir a los Tribunales Laborales, pero ahora se busca que los juicios sean ágiles y expeditos, además de orales, consistiendo en solo dos audiencias, con lo que las Juntas de Conciliación y Arbitraje pasan a la historia”, afirmó Mauricio Reynoso, director general de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (AMEDIRH).

En opinión del directivo, para los equipos de gestión del talento, se trata de un antes y después porque los cambios en justicia laboral y democracia sindical inciden en las relaciones entre patrones y trabajadores.

Respecto a la democracia sindical, la reforma laboral establece que los trabajadores podrán decidir, sin discriminación ni represalias, si desean afiliarse a un sindicato, cambiar de sindicato o no pertenecer a ninguno, de acuerdo con un comunicado del organismo.

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