Las empresas deben de repensar el rol de los líderes para que se enfoquen en algo mucho más efectivo para aumentar la productividad: inspirar a las personas para que crezcan y se conviertan en lo mejor que pueden ser, a decir de Tatiana Treviño, Head of Strategic Communications en UKG.

“Un líder eficaz confía en los empleados y habla con honestidad y transparencia; de hecho, no teme en comunicarse en exceso al igual que está a la escucha de sus colaboradores. Al generar espacios de confianza dentro de la empresa, se propiciará la innovación y el entusiasmo, pero sobre todo se tendrá una mejor capacidad de recuperación ante los errores”, abunda en un artículo.

De hecho, las empresas no han examinado detenidamente el impacto que tiene un buen líder dentro de la empresa, ya que según el Buró Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos, los buenos líderes aumentan la productividad en un promedio de 11 por ciento por empleado, además de que tienen una menor rotación en sus equipos.

Otro factor clave para un liderazgo efectivo, señala, es la prioridad que se le da a la capacitación y desarrollo de los colaboradores, lo que significa darles las herramientas necesarias, así como dar un seguimiento puntual a su crecimiento a través de un feedback constructivo y oportuno.

Lo anterior para encontrar oportunidades de desarrollo dentro de la empresa, lo que a su vez, permite mantener a los equipos comprometidos y entusiasmados, afirma la directiva de UKG, compañía de servicios de administración de personal y de recursos humanos.

“Una herramienta de gran utilidad son los programas de mentoría para poder dar un seguimiento más oportuno además de recibir conocimientos y experiencias para desarrollar sus propios planes de carrera. Estas actividades pudieran parecer complicadas y onerosas, pero hay que recordar que los colaboradores son el activo más valioso de las organizaciones”, expone.

Es muy fácil perder de vista la importancia que tienen los líderes internos en la operación en el día a día, pero sin esta pieza clave en el sistema, cualquier situación negativa puede tumbar el éxito de la organización, concluye Treviño.

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