A partir de la perspectiva macroeconómica tiene ventajas para el país, porque implicaría un incremento de la inversión extranjera directa con efectos en el empleo, ingresos por exportación y contribución al crecimiento económico.
En México urge inversión en cualquiera de las actividades económicas, no importa si es nacional o extranjera, ya que es la base del desarrollo económico y también porque el crecimiento de la economía será -aproximadamente- cero, consideraron los académicos de la UNAM Seyka Sandoval Cabrera y Arturo Ortiz Wadgymar.
Sin embargo, aclaró Arturo Ortiz, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), la de otras naciones es bienvenida siempre y cuando se acepten las leyes mexicanas, se asocie con el capital nacional, haya transferencia de tecnología y se paguen salarios justos. No solo se trata de abrirles las puertas sin condiciones, es necesario negociar.
Al participar en la mesa redonda El nearshoring y cadenas de suministro ¿ventaja para México?, organizada por el IIEc, Ortiz Wadgymar recalcó: el nearshoring (estrategia para acercar la producción al territorio de consumo) representa para México inversión extranjera directa.
Sin embargo, enfatizó: “tampoco es para que digan: ‘ahí vamos’, y se permita que se instalen bajo ninguna condición; es necesario reglamentar su presencia, no permitir que empresas mineras contaminen, por ejemplo, negociar en el marco del T-MEC, pagar salarios correctos y cumplir con el pago de impuestos”.
Con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte se permitió la entrada de compañías extranjeras sin requisitos de desempeño, que no pagaban impuesto y afectaron el medio ambiente. No se resolvieron los problemas de pobreza en México, al contrario, “nos endeudaron y eso es algo que se trata de revertir, aunque no se podrá lograr en cinco años algo que ocurrió durante 34”, precisó.
En tanto, Seyka Sandoval, profesora de la Facultad de Economía, señaló que las ventajas del nearshoring para México son la reducción de costos de logística y transporte; mayor control y supervisión de la calidad; facilita la comunicación y la colaboración; mitigación de riesgos geopolíticos y comerciales; respuesta más rápida a cambios en el mercado; mayor flexibilidad en la cadena de suministro; y un posible impacto positivo en la reputación.
“Mientras que las desventajas de ese proceso serían costos laborales más altos; capacidad limitada; barreras comerciales y regulatorias –aunque esta sería una ventaja para el país por el T-MEC–; dependencia económica; retos culturales y de comunicación; protección de la propiedad intelectual e impacto en la reputación”, abundó Sandoval.
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