Con aproximadamente ocho de cada diez trabajadores empleados en el sector informal en 2022, Bolivia tiene el mayor índice de informalidad de la región y uno de los más elevados a nivel mundial.
A decir de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en México y Brasil, las mayores economías latinoamericanas, el porcentaje de informalidad laboral asciende a un 57 por ciento y a 39 por ciento, respectivamente.
A propósito del reporte de la OIT, el portal de estadística Statista presenta este gráfico que señala que la fuerza laboral informal representa más de la mitad del total de personas empleadas en América Latina.
También en la zona andina, Ecuador y Perú cuentan con más de dos tercios de su población ocupada en empleos asalariados informales.
En el sur del continente, Chile y Uruguay muestran, por el contrario, más empleo formal que informal, ambos con una tasa de informalidad por debajo del 35 por ciento.
Cifras de OIT señalan que en 2020, la crisis por COVID-19 puso en evidencia la vulnerabilidad de los trabajadores informales, quienes a menudo carecen de protección social y prestaciones laborales.
Aunque la informalidad ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia, los trabajadores de la economía informal enfrentan un riesgo entre tres y cuatro veces mayor de caer en la pobreza que aquellos formalizados, señala el informe de la Organización Internacional del Trabajo.
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