El término depresión sonriente hace referencia a los cuadros depresivos que cursan con la sintomatología típica asociada a dichos trastornos, pero en los cuales el sujeto diagnosticado muestra un afán de ocultamiento. Y este anhelo redunda en una posición activa para que las personas que lo rodean no perciban el malestar al que está haciendo frente, explica la profesora colaboradora del máster universitario de Psicopedagogía de la UOC, Vanessa Rodríguez Pousada.
Para la académica de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), el hecho de que las personas que la padecen se esfuercen en esconder su malestar se traduce en una mayor dificultad para detectarlo, razón por la cual los casos diagnosticados podrían ser una porción muy pequeña de todos los existentes.
"Actualmente, vivimos en una sociedad en la que ser feliz es un imperativo. Junto a esta dictadura de la felicidad ha ido acrecentándose un individualismo desde cuya óptica se tiende a minusvalorar las circunstancias personales, sociales y estructurales de un sistema decidido a convencernos de que la salud y la enfermedad están ligadas casi exclusivamente a deficiencias psicológicas personales. Así, se presupone que estar bien o no estar bien depende exclusivamente de uno mismo", expone.
Por su parte, Marsà Sambola, también profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, coincide con Rodríguez Pousada en que las redes sociales no ayudan a que se muestren las emociones reales: "Vivimos en una sociedad donde constantemente tenemos que demostrar a los otros que tenemos una vida perfecta. En mi opinión, esto se refuerza a través de las redes sociales", señala.
Rodríguez Pousada recuerda que en las redes sociales existe una tendencia a mostrar la parte exitosa de uno mismo, magnificándola y enalteciéndola de forma considerable.
"Al mismo tiempo, la comparación entre la propia vida y la supuesta vida de los demás brota como un juego de espejos engañoso, en el que la realidad se difumina. Las redes sociales pueden aparecer aquí como autopistas por las que transitar bajo la ocultación del malestar. En este caso, podrían asomar como el compañero de viaje ideal de la depresión sonriente", afirma.
En cuanto al tipo de personas que pueden sufrir depresión sonriente, no hay un perfil establecido, ya que en ella interviene una realidad compleja de factores bio-psico-sociales. Sin embargo, las personas perfeccionistas, que con frecuencia toleran peor los fallos, pueden estar entre quienes la sufren si perciben la depresión como una debilidad y una carencia personal.
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