Conocido como rage applying o postulación por frustración, este fenómeno ocurre cuando los trabajadores, llevados por el enojo, se postulan de manera masiva y compulsiva a vacantes, sin un análisis profundo ni una planificación clara, de acuerdo con el Termómetro Laboral de OCC.

El 46 por ciento de los participantes afirmó que, pese a aplicar a diversas vacantes bajo un estado emocional negativo, logran mantener cierto nivel de selectividad y no toman decisiones apresuradas. Según este grupo, el rage applying surge cuando un profesional se frustra después de evaluar rápidamente su situación laboral y decide encontrar opciones que se alineen mejor con su bienestar o crecimiento profesional.

Sin embargo, el 26 por ciento indicó que, aunque aplican de forma masiva, no siempre se compromete de inmediato y prefieren esperar hasta evaluar cuidadosamente si las ofertas laborales son realmente convenientes.

Para el 23 por ciento, aunque la búsqueda de empleo en momentos de frustración puede parecer impulsiva, también puede ser un catalizador para tomar decisiones importantes. Estos trabajadores ven en esta práctica una forma de motivarse para buscar un cambio, sobre todo cuando sienten que su entorno laboral actual ya no contribuye a su bienestar ni a su desarrollo personal o profesional.

No obstante, un 5.0 por ciento advirtió que esta práctica puede llevar a consecuencias negativas. Aplicar por frustración puede resultar en decisiones apresuradas, como aceptar empleos que no se ajustan a sus metas a largo plazo, lo que podría llevarlos a situaciones laborales similares a las que querían evitar en primer lugar.

La encuesta de OCC también revela que uno de los factores que contribuyen al rage applying, según los trabajadores es la sobrecarga de trabajo, con un 35 por ciento de trabajadores coincidiendo en que el estrés provocado por un exceso de responsabilidades es una de las principales razones para recurrir a la postulación por frustración.

Un 25 por ciento mencionó los salarios bajos como otro detonante, ya que en muchos casos, los trabajadores sienten que su remuneración inicial era justa, pero con el tiempo las crecientes demandas laborales y la falta de una buena cultura organizacional rompen ese equilibrio, llevándolos a buscar empleo en otros lugares.

El 20 por ciento de los encuestados señaló la falta de oportunidades de crecimiento dentro de la empresa como una razón clave para la frustración, mientras que otro 20 por ciento indicó que un ambiente laboral tóxico es suficiente para desencadenar esta búsqueda impulsiva.

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