En México existen factores estructurales que aumentan el riesgo laboral y dificultan un escenario similar al estadounidense, como un crecimiento lento del PIB, proyectado en 2.3 por ciento para este año y 2.6 por ciento para 2023, según la OCDE y una inflación que no se estabiliza.
Aunque mucho se habla de la Gran Renuncia, fenómeno en el que 2,7 por ciento de la fuerza laboral en Estados Unidos abandonó su trabajo en noviembre pasado, en México no se prevé una renuncia masiva, pero sí se observarán escenarios de pérdida de talento y de aumento de rotación de personal.
En un comunicado, Albo refirió que uno de los motivos para un abandono de trabajos es que muchos colaboradores que tenían planes de dejar sus cargos en 2020, optaron por retrasar esa decisión ante la incertidumbre de la pandemia, a lo que se suma el incremento del agotamiento laboral o burnout, ya que un alto porcentaje de profesionales no han podido, desde sus casas, equilibrar el tiempo entre su familia y su empleo.
También existen los casos de personas que durante estos dos últimos años se adaptaron a trabajar desde casa y ahora no quieren regresar a la oficina; están decididas a no perder esa libertad y optan por buscar empresas que ofrezcan modalidades remotas o híbridas, añadió.
“Las personas están buscando cómo obtener más flexibilidad y balance entre su vida personal y profesional, en especial para el talento Tech. Como empresas, debemos ofrecer esta libertad, trabajando por objetivos, con proyectos que les apasionen y sin restricciones de horario ni ubicación”, explicó Elisa Sahagún, People Lead de Albo.
Si la renuncia es inevitable, la fintech mexicana sugiere seguir cinco pasos para preparar las finanzas personales del trabajador en caso de seguir esta tendencia laboral:
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