La escasez de talento se ha convertido en un desafío crítico a vencer para el crecimiento y la competitividad de las organizaciones.
En opinión de Carolina Rivas García, directora regional de D2L para América Latina, las empresas deben fomentar un ambiente donde los empleados sientan la necesidad y el deseo de seguir aprendiendo y adaptándose a las nuevas realidades laborales.
Esto, indicó la directiva de la plataforma de aprendizaje, implica ofrecer programas de formación continua y acceso a recursos educativos.
“Las empresas que promueven el aprendizaje constante mejoran la capacidad de sus empleados para enfrentar desafíos futuros, pero también cultivan una fuerza laboral más adaptable y resiliente. Este enfoque beneficia a los empleados y fortalece la posición competitiva de la empresa en su sector”, recalcó.
En un comunicado, la firma expuso que, una de las causas fundamentales de la escasez de talento, radica en la desconexión entre lo que se enseña en las universidades y las habilidades, competencias y conocimientos que demandan los empleadores.
Cifras de Manpower Group señalan que el 68 por ciento de los empleadores tienen dificultades para cubrir los puestos de trabajo, y según McKinsey, en muchas organizaciones, entre el 20 y el 30 por ciento de los roles críticos no están ocupados por las personas más adecuadas.
En este contexto, las empresas deben asumir un rol activo en la capacitación para el trabajo, ofreciendo programas que no solo mejoren las habilidades actuales, sino que también alineen el aprendizaje con las necesidades del negocio.
Si bien es cierto que la brecha de talento es un problema complejo que requiere una colaboración estrecha entre el mundo académico y el empresarial, las empresas deben asumir un rol proactivo en la formación de sus empleados, promoviendo una cultura de aprendizaje continuo y adaptando sus programas de capacitación a las expectativas de una generación digitalmente nativa.
Al aprovechar la tecnología para impulsar el desarrollo profesional, las empresas contribuyen a cerrar la brecha de habilidades y fortalecen su posición en un mercado global en constante cambio. “La inversión en el talento humano es, sin duda, una inversión en el éxito futuro de la empresa”, finalizó Rivas García.
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