En opinión de Jorge Rosas, CEO de WeWow y autor de Energizers, aunque existe una oferta considerable de personas en búsqueda de empleo, las empresas encuentran dificultades para cubrir sus vacantes debido a la falta de competencias específicas entre los candidatos.
Según Manpower, el 65 por ciento de las organizaciones en Latinoamérica enfrentan problemas de escasez de talento, lo que refleja una desconexión entre las habilidades actuales de la fuerza laboral y las demandas del mercado.
De acuerdo con Rosas, para adaptarse, las empresas necesitan invertir en la recalificación de sus empleados actuales, ya que las habilidades tecnológicas, como la inteligencia artificial, ciberseguridad y desarrollo de software, se están convirtiendo en competencias básicas.
Conforme la automatización y la IA asuman cada vez más tareas repetitivas, la demanda de trabajadores capaces de gestionar y complementar estas tecnologías aumentará. El Foro Económico Mundial estima que surgirán 97 millones de nuevos empleos que se adaptarán mejor a la colaboración entre humanos, máquinas y algoritmos.
El especialista señala que el aprendizaje continuo es la clave para que los empleados se mantengan competitivos, y sostiene que “las organizaciones deben convertirse en plataformas de crecimiento para sus colaboradores”.
Este enfoque beneficia a los empleados y ayuda a las empresas a mantenerse ágiles en un mercado que cambia rápidamente. La implementación de programas de aprendizaje dentro de las empresas y el acceso a capacitaciones constantes son ahora indispensables para atraer y retener talento.
Las competencias técnicas son esenciales en la nueva era, pero no sustituyen las habilidades blandas, que son igualmente importantes. La inteligencia emocional, el pensamiento crítico y la capacidad de liderar equipos son habilidades que las empresas están priorizando, ya que permiten a los empleados adaptarse a entornos cambiantes y trabajar efectivamente en equipo.
Las habilidades blandas son tan importantes como las técnicas. Esta demanda creciente por habilidades interpersonales ha generado que el liderazgo y la inteligencia emocional se destaquen como competencias indispensables en los procesos de selección de personal. La habilidad de comunicar ideas, escuchar y adaptarse a los demás se vuelve aún más valiosa en el contexto de una fuerza laboral híbrida y dispersa.
La selección de personal y los recursos humanos están en la cúspide de un cambio estructural que plantea tanto oportunidades como desafíos. El uso de la inteligencia artificial y la automatización promete agilizar procesos y mejorar la precisión en la contratación, pero también exige una reflexión ética para evitar la discriminación. A su vez, la brecha de habilidades demanda que las empresas inviertan en programas de recalificación y aprendizaje continuo.
Para enfrentar estos desafíos, el liderazgo y una cultura organizacional inclusiva son esenciales. En palabras de Jorge Rosas, “las empresas que entienden la importancia de la cultura organizacional y el desarrollo de competencias serán las que lideren en el futuro del trabajo”. La combinación de tecnología avanzada, aprendizaje constante y un enfoque humano permitirá a las organizaciones adaptarse y prosperar en un entorno laboral en constante evolución.
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