El Termómetro Laboral de OCC revela que 63 por ciento de los trabajadores en México ha experimentado miedo al fracaso en su trabajo, lo que puede incrementar sus niveles de ansiedad, afectando tanto su bienestar como su rendimiento.

El 27 por ciento de los participantes comentó que esta inseguridad puede llevar a aplazar actividades o proyectos bajo su responsabilidad, lo que afecta su gestión de tareas y tiempo, además de convertirse en un obstáculo al momento de resolver dichas tareas, resultando en entregas que no cumplen con los requerimientos solicitados.

En sentido opuesto, el 8.0 por ciento considera que el miedo al fracaso llega a servir como un impulso que les motiva a mejorar y a afrontar nuevos retos, mientras que para el 2.0 por ciento esta emoción es natural y desaparece con la experiencia, por lo que no es común que afecte constantemente el desempeño de los trabajadores constantemente ni determine su bienestar emocional o mental.

Al abundar sobre las causas que generan este miedo, 40 por ciento indicó que una mala cultura laboral en el centro de trabajo, afectando gravemente la productividad y el logro de objetivos. Una organización que no promueve valores y procesos que mejoren el ambiente de trabajo y determinen la comodidad y satisfacción de su personal, suele generar miedos e inseguridades en sus colaboradores.

El 36 por ciento mencionó la falta de liderazgo como un obstáculo que impide a los profesionales ganar confianza para expresar ideas y resolver problemas. Un mal líder puede hacer que los trabajadores duden de sus capacidades, generando desilusión respecto a sus resultados.

Las críticas negativas o no constructivas también son un factor determinante. Un 17 por ciento dijo que trabajar con personas sin tacto para dar retroalimentación puede influir en las emociones y la percepción del trabajador, haciéndole sentir que no está a la altura de las responsabilidades que se le asignan.

El 7.0 por ciento señaló que la alta competitividad en el mercado laboral es otro detonante de este problema. Un entorno competitivo puede intensificar la presión sobre las personas, haciéndoles sentir que deben cumplir con expectativas cada vez más altas. La comparación constante con otros puede generar un ciclo de ansiedad y duda sobre sus habilidades, lo que agrava el miedo al fracaso.

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