Si bien lograr la paridad de género en puestos de alta dirección y en consejos de administración promovería beneficios económicos para las empresas y el país, las políticas de inclusión reportadas por las empresas no han sido suficientes para cerrar las brechas de género en todos los niveles jerárquicos.
Una investigación del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en alianza con Kiik Consultores, consultora enfocada en crear soluciones integrales para fomentar el crecimiento profesional y personal de los colaboradores, revela que la participación de las mujeres en las empresas está estancada, y en algunos casos, tuvo retrocesos.
Muestra de ello es que en los consejos de administración, la presencia de mujeres en los consejos continúa siendo baja, en promedio, 13 por ciento de los miembros son mujeres, misma cifra que el año anterior.
En direcciones relevantes (general, finanzas y jurídica), a pesar de que las mujeres representan 43 por ciento de la plantilla laboral, 23 por ciento alcanza una dirección jurídica, 11 por ciento una dirección financiera y 3.0 por ciento ocupa una dirección general.
En comparación con 2023, la presencia de mujeres en las direcciones generales disminuyó un punto porcentual y, en las direcciones jurídicas, dos puntos porcentuales, desvelan el IMCO y Kiik Consultores.
Añade, en cuanto a sectores económicos, que el sector con mayor representación de mujeres en los consejos es el de salud (24 por ciento), mientras que los sectores de servicios públicos (9.0 por ciento) y telecomunicaciones (11 por ciento) tienen la participación más baja.
En este contexto, el IMCO en alianza con Kiik Consultores sugirieron mejorar el reporte de información en los informes corporativos, financieros y de sustentabilidad para avanzar hacia una mayor transparencia. También es necesario homologar o reducir las fuentes de recopilación de datos con perspectiva de género.
Otra recomendación es modificar los procesos y generar indicadores de evaluación por sexo en las empresas, lo que incluye la revisión de los criterios de selección de personal, y monitorear los avances en la promoción de mujeres en todos los niveles jerárquicos.
A esto se suma invertir en políticas de inclusión de mujeres, toda vez que, más allá del compromiso público de las empresas con la igualdad de género, es necesario incorporar acciones, como la capacitación en Diversidad, Equidad e Inclusión, dentro del presupuesto anual.
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