En México, la mayoría de las empresas son familiares (9 de cada 10), uno de los grandes retos es que sobrevivan a su fundador y logren una continuidad que supere a la tercera generación.
La directora del Instituto de Ciencias del Bienestar Integral de Tecmilenio, Rosalinda Ballesteros, considera que el liderazgo positivo permite con más éxito que la empresa logre sus objetivos y que la familia sea para sí misma y para quienes ahí laboran una red de apoyo que genera relaciones positivas.
"La práctica del liderazgo positivo se caracteriza por un sentido de propósito y trascendencia en la misión y visión de la empresa familiar, que genera confianza, estabilidad y dirección a través de una relación de confianza, respeto, gratitud y apoyo continuo de los miembros de la familia", describe.
Este tipo de liderazgo atiende a dos cuestiones: por un lado, la motivación intrínseca para realizar un rol, adherirse a un plan y aspirar a metas retadoras; y por otro, la orientación a los estados virtuosos, de florecimiento y éxito, de las organizaciones.
"Existe evidencia en estudios sobre organizaciones de que la relación familiar bien llevada es uno de los factores clave de éxito de las empresas familiares. Es muy relevante el estilo de liderazgo positivo que crea un rumbo aspiracional y hace ver valioso lo que cada miembro comunica constantemente y se enfoca en sus fortalezas", indica.
Ballesteros comparte las capacidades para ejercer un liderazgo positivo:
"Un líder positivo logra llegar a estados virtuosos para el éxito de la organización de forma armónica y motivando a las personas para que desarrollen su potencial, las valora y genera un sentido de propósito en ellas", concluyó Ballesteros.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en TWITTER y a suscribirte a nuestra NEWSLETTER DIARIA.
RRHHDigital