• En entrevista con RRHH Digital México y Centroamérica destacó: “Hemos tenido estos saldos notables en casi 30 años dedicándonos a ayudar a nuestros clientes en su momento más difícil: la pérdida de un ser querido”.
• Coto promueve la felicidad entre sus colaboradores en el sentido más amplio: se premia, se agradece, se felicita, se respeta, se apoya y sobre todo se les explica cómo disfrutar su trabajo. “Voy más allá y lo digo desde lo más profundo de mi corazón: si no aman lo que hacen, cambien de trabajo”. 
• Y como muestra de su liderazgo, afirma que en la organización no usan la palabra “Jefe”, que está prácticamente vedada, toda vez que tiene por premisa que “todos somos igual de importantes y a todos se les valora por igual, compartimos nuestros logros, fracasos y emociones; nos miramos en nuestro semejante”.
• En este sentido, enfatizó que La Piedad cuenta con programas de Responsabilidad Social Empresarial que impactan la sociedad y la comunidad, donde hace aportes importantes que van desde intervenir con apoyo económico y mano de obra en sitios vulnerables. 
• Pero la empatía de La Piedad en esos momentos difíciles va más allá. Uno de sus programas estrella es Aceptando el duelo, donde de forma gratuita, un equipo de psicólogos atiende todos los días de 4 a 9 pm a clientes, no clientes y personal de la empresa que pase por el duelo de perder un ser querido, un divorcio y hasta la pérdida de su mascota. 
• Para Alberto Coto, generar bienestar en casi 350 familias, número actual de sus colaboradores, es la mayor motivación para encabezar los esfuerzos en la compañía. “Me inspira todos los días saber que fruto de las decisiones de un gran equipo, tantas familias se benefician”.

Sobre la conformación de la Asociación de Líderes de Cultura y Employer Branding (ALCEB), celebró los esfuerzos por revalorar al capital humano, que es insustituible y le agrega verdadero valor a una empresa. “Ni se diga en una de servicios como la nuestra. A los especialistas en el difícil trabajo de la gestión humana, lo mejor que les puedo decir, es que usen de espejo su propia persona para determinar así las mejores prácticas de ese grandioso recurso humano que se debe cuidar, escuchar, celebrar y agradecer”.

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