• Especialista en Responsabilidad Social y Sostenibilidad con más de 24 años de experiencia, sostuvo que en la región existen muchas organizaciones pioneras en ambos temas, así como muchas empresas transformando la forma de hacer negocios, al tomar en cuenta el tema ambiental.
• “Si bien nos falta muchísimo, se han dado pasos importantes y esto es una oportunidad para que, como región, empresas y organizaciones nos vean mejor porque estamos gestionando ya riesgos ambientales y sociales asociados a los negocios”, añadió. 
• Enfatizó: “No podemos hablar de cambio climático sin hablar de personas y no podemos hablar de personas, de temas como combate a la pobreza o de trabajo digno, sin pensar en los temas climáticos. Hay que entender que el clima ha obligado a la migración, por ejemplo, porque no hay agua, ya no se puede sembrar y no se puede trabajar; fenómenos como el calor o las inundaciones motivan a mover empresas”.
• Consultada sobre los costos que tiene el greenwashing, mencionó sobre todo, el precio reputacional, toda vez que al disfrazar acciones no sostenibles con la fachada de ecológicas, inmediatamente baja la credibilidad de las empresas, afectando las compras y ventas, sumado a la rapidez en los medios de comunicación. “Ahora es un riesgo muy alto que puede traer costos más elevados de lo que podemos imaginar”
• En este sentido, consideró: “Es mejor hacer pocas acciones con efectos reales positivos y esperar la madurez para hacer muchas cosas que, contrario al objetivo, únicamente van a poner en riesgo la credibilidad y obviamente el aporte a la sociedad”. 

Finalmente compartió que convertirse en una mujer transformadora ha sido un camino de muchísimo aprendizaje. “Cuando una es emprendedora tiene dos retos: hacer lo que a una le apasiona, y la otra es hacer empresa con la invitación permanente a hacer sostenibilidad y responsabilidad social”.

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