México se encuentra en la posición 85 con 37.66 puntos sobre 100, cifra poco favorable para las organizaciones, especialmente ahora que han sido víctimas de diversos ciberataques, como fue el reciente hackeo realizado por los Ciberactivistas Guacamaya, advierte Santos Campa, Vicepresidente para Latinoamérica y el Caribe en Futurex.

Refiere que, este y muchos otros ataques, representan la filtración de millones de datos y documentos altamente sensibles que pondrían en riesgo la seguridad de la organización, pues representa la exposición de procesos confidenciales y la posibilidad de perder datos confidenciales como nombres, contraseñas, direcciones IP y credenciales de funcionarios, que pudiesen repercutir en consecuencias devastadoras.

En un artículo, Campa señala que las compañías privadas y los bancos también enfrentan retos importantes en cuestión de ciberseguridad, incluso la Comisión Nacional Bancaria de Valores (CNBV) detectó para el mes de septiembre del presente año, 28 incidentes en ciberseguridad en ciertas entidades financieras, que van desde acceso con dispositivos a cajeros automáticos hasta acontecimientos de instrucción a la infraestructura.

Así que, según un estudio realizado en el 2019 por la Organización de los Estados Americanos, con una base de datos de 240 entidades e instituciones financieras, en el Sistema Financiero Mexicano, tanto en entidades pequeñas como en las grandes, el cargo con mayor responsabilidad en términos de seguridad de la información es el CISO, Chief Informatic Security Officer.

Sin embargo, en algunas entidades medianas o pequeñas, el máximo responsable es el Gerente TI o IT Manager; y en la Banca de Desarrollo de México, el máximo responsable de seguridad digital suele ser el Oficial de Seguridad de la Información (ISO).

En todo caso, enfatiza, los profesionales que ocupan estos cargos deben ser estrategas, y ser capaces de crear y desarrollar arquitecturas de ciberseguridad y protección de datos acorde a las políticas y estándares de la compañía.

En este contexto y en opinión de Campa, crear una arquitectura de ciberseguridad basada en técnicas criptográficas es la estrategia más confiable para lograr para proteger información sensible y prevenir diversas ciberamenazas como: firewalls o cortafuegos mal configurados, vulnerabilidades de los sistemas operativos, suplantación de identidades, entre otras.

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