Cifras de WatchGuard Technologies refieren que 66 por ciento de los profesionistas de ciberseguridad afirma haber sufrido agotamiento durante el último año, derivado del aumento de ciberataques, lo que ha traído una de las mayores amenazas para la ciberseguridad de las organizaciones.

Ello ha tenido como consecuencia el desgaste de los equipos, pues el 51 por ciento de los colaboradores trabaja más de cuatro horas semanales por encima de su horario establecido.

“Las principales fuentes de agotamiento radican en la alerta constante ante la posibilidad de ataques o incidentes de ciberseguridad, así como en las tareas manuales repetitivas, la supervisión de sistemas, la detección de incidentes y la elaboración de informes. El trabajo manual provoca que los miembros pierdan la concentración en los detalles debido al gran volumen de tareas”, mencionó Gustavo Uribe, experto en ciberseguridad de WatchGuard Technologies.

El 51 por ciento de los CISO (Chief Information Security Officer) consideran que automatizar procesos servirá para aligerar la carga de trabajo y las horas adicionales de los colaboradores, esto, a través de consolidar varias tecnologías de seguridad en una única plataforma.

Consolidar varias tecnologías de seguridad en una única plataforma que reemplace el enfoque de seguridad en mosaico fomenta un mayor grado de coordinación de todas las personas, procesos y tecnologías, lo cual brinda el beneficio de una seguridad más sólida y una eficiencia mejorada. Eficiencia que ahora dependerá de la automatización y consolidación de soluciones y procesos.

Una plataforma de seguridad unificada, elimina la pérdida de tiempo y optimiza el rendimiento de la red mientras que proporciona la más alta resiliencia ante los ataques cibernéticos, lo que permite que esta se convierta en una evidente solución ante el burnout de colaboradores y clientes.

De acuerdo con Security Boulevard, 65 por ciento de los CISO (Chief Information Security Officer) la carga de trabajo impide el resguardo de los trabajadores así como el 100 por ciento admitió que necesitaba recursos adicionales para llevarlo a cabo. Lo que llevaba a riesgos como:

• Pasar por alto anomalías relacionadas con el spam y malware después de investigar innumerables direcciones IP.
• Ignorar alertas o asumir falsos positivos al recibir incontables avisos o no tener tiempo o visibilidad para alertar a los grupos afectados permitiendo que una infección se propague.
• Descuidar las actualizaciones o parches de los sistemas debido a la alta carga de trabajo.

“Cuando las herramientas no están integradas existe una aumento de frustración, ya que pueden requerir pasos adicionales innecesarios para completar una única tarea que acrecienta el ya conocido burnout,” mencionó Gustavo Uribe.

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