Con la oportunidad que el nearshoring representa, México está en un momento clave para poder sumarse a una nueva etapa económica mundial, por lo que deberá tomar decisiones significativas en pro de una mejor capacitación de la plantilla laboral.

Así lo considera Pentafon, un centro de contacto omnicanal, al exponer que a nivel global decenas de marcas se suman diariamente a esta tendencia que consiste en acercar la producción al sitio de consumo, es decir crear plantas productoras en las ciudades o países que más consumen los productos.

Esto ha colocado en el radar a México como un punto clave, principalmente debido a su cercanía con Estados Unidos, por lo que se estima la creación de hasta 4 millones de empleos dentro de los próximos cinco años.

No obstante, México se enfrenta a grandes desafíos para ser partícipe del nearshoring, y uno de los principales es la preparación, ya que se estima que el 69 por ciento de los jóvenes carecen de las habilidades necesarias para cubrir los puestos que necesitan, debido al rezago tecnológico y el estudio de idiomas, por lo menos inglés, desde las escuelas a nivel básico.

A esto se suman la falta de posicionamiento de los sindicatos educativos por encima del alumnado en lugar de garantizar una educación bilingüe y con alto enfoque en las tecnologías, así como la necesidad de fortalecer el estado de derecho para garantizar las inversiones a largo plazo.

Algunas de las consecuencias de no aprovechar esta tendencia serían, por mencionar algunas, el rezago nacional respecto a la oportunidad de percibir inversiones extranjeras, con ello también se perdería la posibilidad de un crecimiento económico, además que la falta de personal capacitado afectaría la competitividad del país a nivel internacional de manera negativa.

En un comunicado, Pentafon señala que ninguno de estos obstáculos es insuperable y, por el contrario, representan una gran oportunidad de renovación para México, la solución está en tomar medidas inmediatas que tengan un fuerte impacto a futuro.

Por su parte, las instituciones educativas, tanto públicas como privadas, deben apostar por un modelo, desde los niveles básicos, que garanticen un alto nivel de inglés, computación y conocimientos matemáticos, así como la expansión de programas de formación técnica para asegurar la cobertura de requisitos específicos y la formación de líderes locales.

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