- Este estilo también cuenta con la capacidad de fomentar la innovación, contribuyendo al crecimiento empresarial y a la reducción de la brecha de género en espacios ejecutivos.
- El coaching puede ser para ellas una herramienta clave para el desarrollo de su liderazgo transformacional, permitiéndoles ganar autoconfianza, mejorar sus habilidades de comunicación y establecer estrategias para la toma de decisiones efectiva.
Desarrollar en las mujeres un liderazgo transformacional puede ayudarles a incrementar sus capacidades dentro de sus compañías, con el objetivo de que puedan equilibrar sus múltiples roles, señaló Estela Gutiérrez, Coach certificada por ICF y Consultora organizacional.
De esta manera, indicó, fortalecerán su propia presencia e impulsarán el potencial de sus equipos, a través de la visión, la empatía y la inspiración, bases para la creación de entornos de trabajo colaborativos, diversos y resilientes.
“La experta en transformación y liderazgo femenino, Tatiana Camps, añade, por ejemplo, que una de sus mayores ventajas es que se aleja del modelo jerárquico y autoritario tradicional, promoviendo una gestión más horizontal, basada en relaciones genuinas y en el interés por el bienestar del equipo”, refirió Gutiérrez en un artículo.
Implementar un estilo de un liderazgo transformacional requiere de un trabajo constante por parte de las líderes, sin embargo, de acuerdo a la conceptualización de McGregor Burns y la posterior ampliación de B. Bass Burns, puede traer consigo cuatro ventajas muy claras:
- Inspiración y visión: es decir, transmitir un propósito claro y motivador.
- Estimulación intelectual: mediante el fomento de la creatividad y el pensamiento crítico.
- Consideración individualizada: poniendo en práctica habilidades de comunicación como la escucha, la empatía, para guiar y desarrollar el talento de cada colaborador.
- Influencia idealizada: implica ser un modelo de conducta que inspire confianza y compromiso.
Es así como logra ir más allá la gestión tradicional: busca motivar y empoderar a los equipos, fomentando el crecimiento. Es una realidad que, a pesar de los avances que se han registrado, las mujeres siguen enfrentando obstáculos como estereotipos de género, desigualdades salariales y dificultades para acceder a puestos de liderazgo en sectores tradicionalmente dominados por hombres.
Mediante procesos de autoconocimiento, desarrollo de habilidades socio-emocionales y gestión del cambio, las mujeres pueden convertirse en líderes que movilizan a sus equipos hacia objetivos ambiciosos, generando un impacto positivo tanto en su empresa como en la comunidad.
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