En un esfuerzo por transformar la vida de los trabajadores y mejorar el bienestar de los empleados, en todo el mundo han comenzado a probar una semana laboral de cuatro días.
Gran parte de la atención de los juicios de cuatro días a la semana se ha centrado en la transformación de la vida de los trabajadores de oficina, sin embargo, esta nueva normalidad también podría aplicarse a industrias como la manufactura, donde existe una brecha laboral y la industria está tratando simultáneamente de mejorar la productividad y corregir los problemas de la cadena de suministro.
En un artículo, Denis Pineda, Presidente Regional para Latinoamérica de Universal Robots, refiere que en algunos países como Inglaterra, y dentro del sector manufacturero en particular, el Centro de Tecnología de Fabricación (MTC) en Coventry ha ofrecido una semana de cuatro días a 820 trabajadores de su personal técnico después de una prueba de dos años, donde el 50 por ciento de los empleados reportaron una mayor productividad.
“La nueva opción de trabajo hará que el personal trabaje menos, pero en turnos más largos, para cubrir la misma cantidad de horas en una semana de cuatro días que con cinco”, prevé.
En opinión de Pineda, una semana laboral de cuatro días, lograda a través de la automatización colaborativa, puede garantizar que los trabajadores ya no necesiten dedicar tiempo a tareas menores de la fábrica.
Al trabajar con cobots o robots colaborativos, explica, los empleados pueden concentrar su tiempo en roles más satisfactorios y reducir el tiempo que pasan en el trabajo, mejorando el bienestar general. Esto incluye deshacerse del turno de noche, conocido por tener un efecto adverso en la salud de los trabajadores.
Actualmente, la industria enfrenta una fuerza laboral que envejece, por lo que atraer a jóvenes con la perspectiva de una carrera estimulante y un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal ayudará a abordar el problema, especialmente si los fabricantes pueden ofrecer semanas laborales de cuatro días en el futuro, alerta Pineda.
Sostiene también que México siempre ha sido una economía con mucha mano de obra. Antes de la pandemia, las tareas en las fábricas normalmente se realizaban con mano de obra importada de otros países, en lugar de incorporarse a un plan a largo plazo para el despliegue de la automatización. Sin embargo, ahora esas fábricas se ven obligadas a tomar la ruta de la automatización, ya que ese gran grupo de mano de obra ya no está disponible.
“Necesitamos entrar en esa mentalidad, porque si creamos una base de fabricación sostenible, podemos convertirnos en una nación poderosa y productiva; esa es una de las cosas que debemos cambiar. Y el cambio está ocurriendo”, finalizó el especialista.
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